Cada vez es más habitual comprar probióticos, y por eso ahora ya se encuentran en prácticamente todas las farmacias y parafarmacias. Esto es así, porque ya somos más conscientes de lo importante que es adquirirlos y consumirlos para mejorar la salud, sobre todo en determinados momentos.
Probióticos, tras la toma de antibióticos
Ya son muchos los médicos y farmacéuticos que ante la toma de antibióticos recomiendan a sus pacientes que tomen probióticos al terminar el tratamiento. Y es que los antibióticos no solo eliminan las bacterias perjudiciales para la salud, también ayudan a las bacterias beneficiosas que viven en el intestino y que se encargan de facilitar la digestión.
Los probióticos son estas bacterias buenas, que al ingerirse vuelven a repoblar la flora intestinal contribuyendo a una recuperación más rápida de la misma.
Probióticos para personas con intolerancias
Las personas con intolerancias alimentarias saben bien lo mal que se pasa cuando se consume algo que no se debe por accidente. Entre los síntomas más frecuentes están las diarreas que acaban destrozando la flora intestinal. Esta se debilita cada vez más, por lo que cualquier pequeña cantidad de aquello a lo que se sufre intolerancia es suficiente para causar síntomas cada vez más fuertes.
Esto, al contrario de lo que muchos creen, no significa que la intolerancia aumente, sino que la resistencia del intestino disminuye. Si la persona con intolerancia logra mantener su flora intestinal siempre saludable tomando probióticos de forma frecuente, la reacción que el intestino tendrá a la toma de un alimento que contenga lactosa o gluten, por ejemplo, será menor.
Esto no significa que el intolerante pueda tomar lactosa o gluten si consume probióticos de forma habitual, sino que en caso de ingesta accidental, la reacción de su cuerpo no será tan fuerte y se recuperará antes.
Probióticos en épocas difíciles
El estrés y las emociones también influyen en la flora intestinal. Muchas personas sufren diarreas ante un disgusto fuerte o tienen problemas digestivos cuando se notan muy estresados. También es habitual que cuando alguien está mal anímicamente acabe enfermando.
Esto es así porque si la flora intestinal está débil no se absorberán adecuadamente los nutrientes de los alimentos y se debilitará el sistema de defensas. Y el estrés y las emociones negativas repercuten en la flora intestinal debilitándola. Por eso, consumir probióticos en épocas difíciles ayudará a evitar que se acabe enfermando debido al deterioro de la flora intestinal.